Papa Francisco bautiza a 8 personas en la Vigilia Pascual 2024

El Vaticano informó asimismo que en esta Vigilia Pascual el Papa Francisco bautizó a 8 personas: 4 de Italia, 2 de Corea, 1 de Japón y 1 de Albania.

Luego de recibir el sacramento, los nuevos cristianos recibieron las vestiduras blancas que simbolizan que “se han convertido en nuevas criaturas y han sido revestidas de Cristo”.

Después los ocho recibieron el sacramento de la Confirmación, explicó el Papa Francisco, con el que se les da “la fuerza del Espíritu Santo” para que contribuyan como miembros activos de la Iglesia “en la edificación del cuerpo de Cristo en la fe y en la caridad”.

La Vigilia Pascual es el momento por excelencia en el que niños y adultos reciben el sacramento del Bautismo. Es parte importante de esta celebración que es la más importante del año litúrgico. En esta ocasión, y por ser todos adultos, pudieron recibir también la Confirmación.

En su homilía y tras la lectura del Evangelio de Marcos 16,1-7, el Santo Padre meditó en lo que significa la piedra que cubre el sepulcro de Jesús, que simbolizan la pérdida de la esperanza, las dificultades de la vida o los “escollos de la muerte”.

“A veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras”, explicó el Papa Francisco.

“Son ‘escollos de muerte’ y los encontramos, a lo largo del camino, en todas las experiencias y situaciones que nos roban el entusiasmo y la fuerza para seguir adelante; en los sufrimientos que nos asaltan y en la muerte de nuestros seres queridos, que dejan en nosotros vacíos imposibles de colmar”, continuó.

Estos escollos también pueden estar “en los fracasos y en los miedos que nos impiden realizar el bien que deseamos; en todas las cerrazones que frenan nuestros impulsos de generosidad y no nos permiten abrirnos al amor; en los muros del egoísmo y de la indiferencia, que repelen el compromiso por construir ciudades y sociedades más justas y dignas para el hombre; en todos los anhelos de paz quebrantados por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra”.

El Papa Francisco refirió luego que “cuando experimentamos estas desilusiones, tenemos la sensación de que muchos sueños están destinados a hacerse añicos y también nosotros nos preguntamos angustiados: ¿quién nos correrá la piedra del sepulcro? Y, sin embargo, aquellas mismas mujeres que tenían la oscuridad en el corazón nos testifican algo extraordinario: al mirar, vieron que la piedra había sido corrida”.

“Es la Pascua de Cristo, la fuerza de Dios, la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso”, precisó.

El Santo Padre resaltó entonces que el Señor, “Dios de lo imposible que, para siempre, hizo correr la piedra y comenzó a abrir nuestros sepulcros, para que la esperanza no tenga fin. Hacia Él, entonces, también nosotros debemos mirar. Miremos a Jesús”.

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