Como muchos otros términos de moda, el término ‘minimalismo’ se ha ido diluyendo con el tiempo. A partir de los años 80 y 90 –pensemos en los diseños de Issey Miyake o los básicos de moda de Calvin Klein–, el minimalismo ha evolucionado hasta convertirse en un concepto amplio que abarca todo lo que sea blanco y negro.
Desde entonces, el concepto de minimalismo se ha reinterpretado en la moda. La modista británica Phoebe Philo fue una de las primeras diseñadoras contemporáneas en inaugurar la nueva revolución minimalista. Cuando se hizo cargo de Céline en 2008, Philo diseñó algunos de los estilos más rompedores de la década que siguen siendo codiciados hoy en día. The Row, de Mary-Kate y Ashley Olsen, también fue pionera gracias a un enfoque minimalista de la moda que priorizaba la construcción, el diseño atemporal y los tejidos lujosos por encima de las tendencias pasajeras.
15 años después, el mercado minimalista está en pleno auge. Menos austera que el minimalismo, pero más sofisticada que el normcore, la moda atemporal se codicia ahora en forma de ‘lujo silencioso’. El hashtag #quietluxury tiene 56 millones de visitas en Tiktok. Es un estilo compuesto por prendas en tonos neutros, cortes clásicos y materiales de muy alta calidad se considera la mayor tendencia de 2023. Respaldada por el poder creador de tendencias de las redes sociales y la creciente presión sobre la industria para diseñar colecciones que resistan el paso del tiempo, la moda minimalista promete un atractivo atemporal.
Si te gusta la moda minimalista, tienes mucho donde elegir: desde Totême y Raey hasta The Row y Khaite, cada una de estas marcas es la prueba de que el minimalismo ya no es una estética unidimensional. Pero también encontramos lo que buscábamos en marcas como Arket y Cos, que también son conocidas por su moda minimalista.