“No voy a morir. Las chamanas no morimos, trascendemos… a la vida no le debo ni me debe nada; estamos bien”, dijo alguna vez una cantante conocida como La Chamana, quien aseveraba que su único amor había sido Frida Kahlo, su gran amigo José Alfredo Jiménez y su leit motiv, la libertad.
La Chamana es efigie cultural en el país y estandarte de la comunidad LGBTx, pero más, para quienes aman ser ellos mismos.
Chavela Vargas, la gran Chavela, artista del canto, símbolo nacional, última sobreviviente de la época de oro de la canción mexicana y quien es bien recordada por la frase Los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana
, regresó a un lugar emblemático de la Ciudad de México, que era parte de su ecosistema: la Plaza Garibaldi, precisamente donde está la Plaza de las Luminarias.